Se me había olvidado ya lo que era participara en carreras de atletismo… Y es que la última vez que participé en una fue en abril del año pasado con motivo de la Maratón Popular de Madrid. Desde entonces y hasta ayer no había sentido lo que era volver a la “competición”. Sí, en mi caso competición entre comillas porque la verdad es que con mi fondo físico no llego a ningún lado, pero bueno, los nervios, independientemente de que corras mucho o poco, la verdad es que siempre aparecen la noche de antes.
Ayer volví a ponerme de corto (bueno más bien de largo porque el frío no acompañaba a ponerse mallas cortas) para participar en la Media Maratón de Fuencarral. Una media dura donde las haya (creo que está considerada como la más dura de España (sin contar con las de montaña, claro)), ya que los primeros doce kilómetros son principalmente de bajada (sólo tienes una pequeña subidilla nada más salir) y los últimos nueve son muy muy duros ya que tienes que hacer toda la subida desde El Pardo hasta Fuencarral con cuatro cuestas fuertes que se hacen “mortales”.
Para mi gusto, el peor tramo está en la subida que hay desde el restaurante El Faro hasta llegar a las tapia de El Pardo, ya que te encuentras en el kilómetro 14 aproximadamente (lejos todavía de la meta) y la subida se hace interminable, sobre todo en la penúltima curva, donde hay tal pendiente (en el coche siempre hay que reducir de marcha), que las piernas no son capaces de subir de forma aceptable. Pero bueno, con mucha cabeza (y cabezonería), muchos suspiros y disfrutando del sol y de los pasitos que das en cada momento (por supuesto pensando que después de la tapia está una buena vista de la ciudad, y una fuerte bajada (de la subida de Montecarmelo es mejor no acordarse hasta más adelante)) se llega al final de la cuesta, y ya con el chip de “ya no queda nada” la penúltima cuesta (la de Montecarmelo) se hace dura pero ya sabes que no va a poder contigo porque ya que has hecho 18 kilómetros, tres kilometruchos más no van a ningún lado, con lo que aunque sea arrastrándote sabes que vas a hacerlos y así llegas a meta tras superar la última cuesta que también es matadora pero en la que te animan los corredores que se ya han llegado muuuucho antes que tú y ya se van para casa.
La verdad es que me encontré bien durante la prueba. Lo pasé mal sobretodo en la subida que da a las tapias del Pardo (parecía una vaca vieja resoplando), pero me sorprendí a mí misma porque estaba bastante motivada psicológicamente (estaba hecha una “tora”) y las piernas no se quejaron demasiado para lo poco que había entrenado estas dos últimas semanas. Además me recuperé bastante bien en los llanos y en las bajadas e incluso pude subir el ritmo en las mismas. Así que al final acabé muy contenta (yo preocupada porque el autobús escoba me fuese a pillar o que no lograse llegar antes de las doce (momento en que cerraban la prueba)) ya que hice una marca de 2:10:20 (2:08:44 tiempo real).
De piernas no acabé mal (hoy estoy hecha una mierda y me duelen los cuadriceps), y la única molestia que tuve es que los tobillos, principalmente el izquierdo, me dolieron en la carrera de estar machacándolos al hacer (según cuentas de mi padre) 42000 saltos sobre los mismos. Las rodillas no se quejaron demasiado (la izquierda un poquillo pero nada reseñable) y las rozaduras no han sido demasiada. Total que hoy parezco “Chiquito de la Calzada” pero se puede sobrellevar (a ver cuánto tardo en recuperarme, JAJA).
Lo mejor de la carrera, (1) personalmente lo bien que te encuentras cuando acabas la pruebas y sabes que lo has conseguido a pesar de que ha habido momentos duros , y (2) por supuesto mi club de fans que me anima en cuanto me ven a lo lejos y te hace mucha ilusión que se hayan levantado un domingo a las siete de la mañana para hacer algo que a lo mejor no era lo que más les apetecía para ese día, que sabes que van a pasar frío y que van a tener que estar aguantándose durante toda la mañana, pero que lo hacen por ti porque quieren darte su apoyo aunque simplemente sea llevándote la mochila, saludándote en las gradas del estadio y poniéndote una sonrisa cuando pasas a su lado. Elsa, papá, mamá, ¡muchas gracias! (snif, snif que voy a llorar, pero es que te emociona saber que los tienes ahí para darte ánimos en uno de los tramos de la carrera).
Las lecciones aprendidas han sido tres: (1) que tengo que hacer gimnasia después del entrenamiento para no parecer tanto un “leño” después de las carreras, (2) que tengo que ponerme a régimen para ver si pierdo peso porque si no voy a estar demasiado pesada para la maratón y eso lo pagarán las rodillas y (3) que tengo que entrenar más porque no podré hacer la maratón si entreno tan poco como en estas dos últimas semanas (¡¡qué vaga que soy, por favor!!) y no quiero retirarme en la media como el año pasado.
Así que los nuevos objetivos son: (1) prepararme para la Media Maratón de Fuenlabrada (16 marzo 2008) a ver si la puedo hacer en 2h, (2) llegar a los 60kg para esa prueba (vamos casi adelgazar tres kilos) y (3) comer un poco más saludable. A ver si lo consigo.
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PS: Por cierto, y cambiando de deporte, que el DKV Joventut ha ganado la Copa del Rey de Basket (qué monstruo es el Rudy Fernández (al año que viene fijo que se va a la NBA) y sobretodo Aíto García Reneses (eso sí que es un entrenador). Por cierto, nombre a tener en cuenta para el futuro: Ricky Rubio (¡¡¡voy a tener que volver a ver partidos de basket que ayer me perdí la final y seguro que estuvo muy emocionante!!!)).