Cuando termine la universidad haré…
Cuando tenga una casa, mi pareja y yo…
Cuando tenga coche propio…
Cuando tenga un trabajo estable…
Cuando no tenga que viajar tanto…
Cuando llegue el fin de semana…
¿No estáis cansados de esperar que llegue el futuro? Yo sí. Me da la sensación que me he pasado gran parte de mi vida esperando a que llegue el futuro para no afrontar que no me gusta la vida que tengo, que me aburro de mí misma y que siempre estaré deseando cosas que no voy a conseguir porque la ilusión de imaginarlas es más agradable que el vivir el día a día.
Y luego lo triste es que o el “cuando” nunca llega, o te cambian los planes sin que puedas controlarlo y tienes que empezar de cero y sin cimientos firmes, o lo peor, que cuando llega el “cuando” no es tan maravilloso a como lo habías imaginado, con lo que la depresión se acentúa.
Es triste saber que estoy cansada del esperar al “cuando”, pero que tengo que seguir haciéndolo porque si no, mi vida sería mucho más vacía y sin sentido ya que no sé ni qué hacer ni qué quiero. Estoy cansada de imaginarme la vida que quiero, de envidiar la vida de los demás (viendo siempre lo bueno, claro) o intentar evadirme a través de las historias de las películas.
¿Pero qué le voy a hacer? No tengo mucha personalidad, ni fuerza ni ganas de “enfrentarme” a este mundo, así que supongo que seguiré arrastrándome. Al fin y al cabo es lo que llevo haciendo desde los quince años y de momento me he mantenido, ¿no?
Cuando tenga una casa, mi pareja y yo…
Cuando tenga coche propio…
Cuando tenga un trabajo estable…
Cuando no tenga que viajar tanto…
Cuando llegue el fin de semana…
¿No estáis cansados de esperar que llegue el futuro? Yo sí. Me da la sensación que me he pasado gran parte de mi vida esperando a que llegue el futuro para no afrontar que no me gusta la vida que tengo, que me aburro de mí misma y que siempre estaré deseando cosas que no voy a conseguir porque la ilusión de imaginarlas es más agradable que el vivir el día a día.
Y luego lo triste es que o el “cuando” nunca llega, o te cambian los planes sin que puedas controlarlo y tienes que empezar de cero y sin cimientos firmes, o lo peor, que cuando llega el “cuando” no es tan maravilloso a como lo habías imaginado, con lo que la depresión se acentúa.
Es triste saber que estoy cansada del esperar al “cuando”, pero que tengo que seguir haciéndolo porque si no, mi vida sería mucho más vacía y sin sentido ya que no sé ni qué hacer ni qué quiero. Estoy cansada de imaginarme la vida que quiero, de envidiar la vida de los demás (viendo siempre lo bueno, claro) o intentar evadirme a través de las historias de las películas.
¿Pero qué le voy a hacer? No tengo mucha personalidad, ni fuerza ni ganas de “enfrentarme” a este mundo, así que supongo que seguiré arrastrándome. Al fin y al cabo es lo que llevo haciendo desde los quince años y de momento me he mantenido, ¿no?