Sólo he ido al Monasterio de Piedra dos veces en mi vida, pero cuanto más veo la Gruta Iris más me gusta. Parece mentira que pueda estar lloviendo constantemente en una cueva, pero así es en esta gruta. El color del agua es de un precioso verde turquesa, y la negrura de la cueva contrasta con el verde de las plantas de las piedras y lo blanco de la cascada "Cola de Caballo" a la entrada de la misma.
Como el resto del parque del Monasterio de Piedra, parece mentira que en un secarral como es la zona de Nuévalos se pueda encontrar esta zona donde el río Piedra parece estar en todos los sitios a la vez formando varias cascadas. Seguro que la mano del hombre intervino en la creación de alguna de estas cascadas, pero qué más da cuando el resultado es encontrarse en un bellísmo paraje rodeado de verde y agua.
Como el resto del parque del Monasterio de Piedra, parece mentira que en un secarral como es la zona de Nuévalos se pueda encontrar esta zona donde el río Piedra parece estar en todos los sitios a la vez formando varias cascadas. Seguro que la mano del hombre intervino en la creación de alguna de estas cascadas, pero qué más da cuando el resultado es encontrarse en un bellísmo paraje rodeado de verde y agua.
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