Una de las grandes maravillas (o molestia) de las nuevas tecnologías es la posibilidad de estar viviendo en vivo y al mismo tiempo que se está produciendo el rescate de los 33 mineros chilenos y todo esto desde casi la otra punta del mundo. Lo que antaño eran actualizaciones periódicas vía noticiero de radio, hoy es estar ahí, como uno más.
Y la verdad es que es emocionante ver que cada 50 minutos el contador del periódico digital va descontando un nuevo número. Sí, de momento, todos los mineros están saliendo sin problemas y con una gran sonrisa en la cara (qué menos tras 68 días de no ver la luz ni a sus familiares).
Interesante habrá sido decidir el orden de salida. Supongo que el primero que habrán puesto es a alguien sereno con capacidad de no ponerse histérico en caso de que algo hubiese salido mal. Luego habrán ido alternando entre débiles de mente y otros más fuertes, y casi me jugaría la mano a que el último que va a salir es el jefe de todos ellos. No sólo para asegurarse que sus chicos han salido antes que él, sino porque es de buen jefe ser generoso en estos casos.
¿Y qué nervios, no? Yo estaría ahora más nerviosa sabiendo que 11 de mis compañeros ya han salido y que me quedan 5 horas para salir, que sabiendo que todos estamos abajo pasando penurias. Porque… ¿y si pasa algo justo cuando voy a salir yo? Tendremos que esperar unas cuantas horas más para ver si todos han salido bien.
Esperemos que sí. Y luego, después que las aguas de la alegría y el regocijo vuelvan a su cauce, será momento de pensar por qué se produjo el accidente y qué habría que hacer para volver a evitarlo. De momento, seguiremos disfrutando de estos maravillosos rescates.
Y la verdad es que es emocionante ver que cada 50 minutos el contador del periódico digital va descontando un nuevo número. Sí, de momento, todos los mineros están saliendo sin problemas y con una gran sonrisa en la cara (qué menos tras 68 días de no ver la luz ni a sus familiares).
Interesante habrá sido decidir el orden de salida. Supongo que el primero que habrán puesto es a alguien sereno con capacidad de no ponerse histérico en caso de que algo hubiese salido mal. Luego habrán ido alternando entre débiles de mente y otros más fuertes, y casi me jugaría la mano a que el último que va a salir es el jefe de todos ellos. No sólo para asegurarse que sus chicos han salido antes que él, sino porque es de buen jefe ser generoso en estos casos.
¿Y qué nervios, no? Yo estaría ahora más nerviosa sabiendo que 11 de mis compañeros ya han salido y que me quedan 5 horas para salir, que sabiendo que todos estamos abajo pasando penurias. Porque… ¿y si pasa algo justo cuando voy a salir yo? Tendremos que esperar unas cuantas horas más para ver si todos han salido bien.
Esperemos que sí. Y luego, después que las aguas de la alegría y el regocijo vuelvan a su cauce, será momento de pensar por qué se produjo el accidente y qué habría que hacer para volver a evitarlo. De momento, seguiremos disfrutando de estos maravillosos rescates.
1 comentario:
Pues fíjate en las peculiaridades de las noticias y el show que se momta alrededor de unas y no de otras. Este fin de semena otro mina se ha hundido en China; apenas se ha tratado el tema, entre otras cosas porque parece que ha muerto hasta el apuntador.
Me gustaría saber cuales son los motivos para que unas noticias se conviertan en un circo y otras no; pongamos el ejemplo de Madeleine y todo lo que se montó alrededor de su desaparición, en contraposición a Jonathan, el niño canario que igualmente desapareció.
En fin, lo verdaderamente importante es que esos mineros salieron con vida. Por cierto, creo que hubo movidas por salir el último ya que el que saliera en esa posición pasaria al libro de los records... el ser humano es muy gilipollas a veces. Yo me daría de hostias por salir.
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