lunes, 8 de abril de 2013

El síndrome de Diógenes más cerca de lo que creemos


Cuando pensamos en el síndrome de Diógenes, nos suele venir a la cabeza la imagen de una persona mayor solitaria que vive en su casa rodeada de toneladas de basura y con un aspecto desaseado. Sin embargo, si mirásemos en nuestras propias casas, ¿no podríamos llegar a pensar que nosotros también sufrimos algo de ese síndrome?

Yo personalmente creo que sí, porque si no ¿por qué acumulo papeles desordenados en las estanterías del despacho de manera que éste tiene la pinta de ser una leonera? ¿por qué tengo en cada una de las habitaciones un “cajón desastre” en el que meto objetos y utensilios que no voy a usar nunca? ¿por qué tengo en el dormitorio tantas camisetas de vestir incluso de tallas que sé que no me puedo poner? ¿por qué sigo teniendo en casa de mis padres dos cajones llenos de cosas que sé que no voy a llevar nunca a mi casa? ¿por qué pasa lo mismo en su trastero?

Muchas veces tengo la sensación de tener demasiadas cosas, de que en el fondo me encanta acumular. Unas veces lo hago por guardar recuerdos, otras porque creo que ese objeto me será útil en el futuro, otras, en el caso de los apuntes y libros de idiomas, porque siempre me digo que algún día empezaré a repasar todos de nuevo, por lo que necesitaré hacerlos desde la primera lección que recibí... ¿No estoy demasiado atada a los objetos? ¿No sería más fácil que sólo tuviese lo mínimo e imprescindible?

Y mi "Diógenes" podría ir a peor, ¿no tengo una habitación llena de “trastos” que tengo que sacar antes de octubre? ¿no empiezo ya a acumular cosas para el “bitxito limón”? Este hecho me agobia un poco últimamente: no quiero que esté envuelto por el consumismo, pero ¿cómo lo consigo si mi "Diógenes" me lleva a querer tener todo listo meses antes de lo necesario? Quizá sea este momento una buena ocasión para cambiar, hacer limpieza y aprender a no atarme a los objetos materiales. ¿Lo conseguiré? Eso espero, aunque creo que me va a costar mucho ya que no sólo es tirar cosas, sino aprender a desatarme emocionalmente de ellas y evitar volver a la acumulación innecesaria. Por otro lado, no es una tarea de poco tiempo, así que no sé si lograré no obsesionarme con no sólo con no acumular sino con la idea de "estoy de limpieza y no me he deshecho de nada"... Ainsss cómo nos complicamos la vida a veces...

3 comentarios:

Dave The Rake Goldman (bad to the bone) dijo...

Pues imagínate lo que tienes en el buzón de correo. Es el mejor indicador de nuestra propensión diogenica (toma palabro que me he inventado).

Bichito limón, me parrrrrrrrto, jajaja.

Crisis@Madrid dijo...

Sí, sí, en el buzón de correo electrónico, que las facturas reales se acumulan en la estantería :O :O

Lo del "bitxito limón" es por el tamaño que supuestamente tiene esta semana. El nombre va cambiando, a partir del miércoles pasará a llamarse el "niñ@ pera" XD XD

Dave The Rake Goldman (bad to the bone) dijo...

jajaja. Y al final será el niño melón, ¿no?