miércoles, 12 de marzo de 2008

Cuando…

Cuando termine la universidad haré…
Cuando tenga una casa, mi pareja y yo…
Cuando tenga coche propio…
Cuando tenga un trabajo estable…
Cuando no tenga que viajar tanto…
Cuando llegue el fin de semana…

¿No estáis cansados de esperar que llegue el futuro? Yo sí. Me da la sensación que me he pasado gran parte de mi vida esperando a que llegue el futuro para no afrontar que no me gusta la vida que tengo, que me aburro de mí misma y que siempre estaré deseando cosas que no voy a conseguir porque la ilusión de imaginarlas es más agradable que el vivir el día a día.

Y luego lo triste es que o el “cuando” nunca llega, o te cambian los planes sin que puedas controlarlo y tienes que empezar de cero y sin cimientos firmes, o lo peor, que cuando llega el “cuando” no es tan maravilloso a como lo habías imaginado, con lo que la depresión se acentúa.

Es triste saber que estoy cansada del esperar al “cuando”, pero que tengo que seguir haciéndolo porque si no, mi vida sería mucho más vacía y sin sentido ya que no sé ni qué hacer ni qué quiero. Estoy cansada de imaginarme la vida que quiero, de envidiar la vida de los demás (viendo siempre lo bueno, claro) o intentar evadirme a través de las historias de las películas.

¿Pero qué le voy a hacer? No tengo mucha personalidad, ni fuerza ni ganas de “enfrentarme” a este mundo, así que supongo que seguiré arrastrándome. Al fin y al cabo es lo que llevo haciendo desde los quince años y de momento me he mantenido, ¿no?

lunes, 10 de marzo de 2008

Ejerciendo nuestro derecho

Pues sí, tras cuatro años, hoy (ayer, vamos) hemos vuelto a ejercer nuestro derecho, es decir, hemos ido a votar. La verdad es que las elecciones me encantan. Al fin y al cabo es el único momento donde los ciudadanos podemos “premiar” y “castigar” a los políticos, así como es el único momento donde podemos elegir lo que queremos para los próximos años.

Independientemente de quien salga vencedor (claro está que todos queremos que gane el nuestro), lo que me gusta del día de elecciones es el trajín que hay de gente hacia los colegios electorales, sobretodo el de los “abuelos”, quienes van en procesión a ejercer su derecho. Quizá porque son los que más entienden que es un derecho y un privilegio hacerlo porque durante su juventud no pudieron.

En mi barrio la verdad es que los que organizan los colegios electorales tienen mucha mala leche, porque toda la zona del barrio más antigua y por lo tanto con mayor población de “abuelos” tienen que ir a votar a un colegio que está arriba en un cerro, y a los pobres les toca subirse una cuesta del copón. Conclusión, muchos son llevados en coche por sus familiares para que puedan ir a votar.

Yo también lo he hecho. En principio mis padres iban a ir con mi abuela andando mientras se daban un paseo, pero me ha dado por cogerme el coche y la he subido a su colegio (que no es el mismo que el nuestro), he visto cómo ejercía su derecho (que no su voto, que eso sigue siendo secreto, a pesar de que sepa más o menos a quien ha votado) y luego nos hemos ido a dar una vuelta por la ciudad, que la verdad es que la mujer hacía mucho que no la veía.

Respecto a las elecciones está claro: si gana el que queremos, estaremos contentos. Si no, nos preguntaremos cómo la gente ha podido votar lo que ha votado. Y es que nunca llueve a gusto de todos, y mucho menos en política. En fin, a ver qué hacen los que ganen para “premiarles” o “castigarles” en las elecciones de dentro de cuatro años.

martes, 4 de marzo de 2008

Fin de semana en Bruselas

Aprovechando las reuniones de mi hermana a la EC (European Comission) a Bruselas, me marché el fin de semana a Bruselas a “recordar” la ciudad, ya que se supone que la conocía de cuando fui para allá en el Viaje de Fin de Curso allá por 1993 (¡anda que no ha llovido!).

Lo único que me sonaban era el Atomium y uno de los edificios de la plaza mayor, porque del resto… ¿pero estuve en la misma ciudad? Claro, que entonces era una pipiola y era un viaje en el que ibas del autobús al hotel y poco más, así que no me extraña que no recordase nada. Además cuando ya vas por libre y con gente con quien tienes buena sintonía (es decir, con mi hermana) pues haces lo que quieres, entras a los bares (claro que antes tampoco me gustaba la cerveza) y recorres la ciudad de cabo a rabo.

Así que he descubierto que el centro histórico de Bruselas mola, y que se recorre en un día. Lo mejor del viaje: las bombonerías (joooo, por qué engordará tanto el chocolate!!!) y cómo no la cerveza. En el próximo viaje que le toque a mi hermana irse para allá, a ver si nos marcamos el viajecito a Gantes o a Brujas, o por qué no, al festival del Graspop que este año tienen de cabeceras de cartel a Iron Maiden a Judas Priest y también van In Flames.